El origen de los calçots es objeto de debate y se rumorea que un campesino de finales del siglo XIX de la zona de Valls (Provincia de Tarragona), que por descuido, preparó a la brasa unas "cebollas" que sobrecalentó. Se quemaron todas por la parte exterior y, en lugar de tirarlas, le quitó las capas más externas quemadas, descubriendo que su interior estaba muy tierno y sabroso.
El calçot forma la base de las comidas populares que se celebran en Catalunya, que se ha convertido en una fiesta en la que se consumen asados y tienen que hacerse sobre la llama viva con sarmientos de la pode de las vides, sin esperar a que se haga brasa que es como se asaría la carne.
Una vez asados cuando las capas exteriores están negras y entreabiertas , se envuelven en grupos de 12 0 15 aproximadamente en varias hojas de papel de periódico y se dejan como mínimo una media hora para que acaben de cocerse con su propio calor.
Se comen pelando las capas exteriores y mojando el calçot en una salsa denominada salsa de calçots o también con salsa de romesco, lo cual suscita cierto debate entre los más puristas.
Un amplio contenido de vitaminas y minerales, les atribuyen a los calçots propiedades diuréticas, tonificantes, digestivas y afrodisíacas.
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