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Hace 150 años el cáncer era casi inexistente, pero con la introducción de alimentos procesados, carne y lácteos de baja calidad y azúcares refinados en la dieta actual, aparecieron enfermedades e infecciones y se volvieron rápidamente una epidemia.
Hoy en día, la mayor parte de doctores que siguen la corriente principal y las compañías farmacéuticas rechazan la noción de que las elecciones en cuanto a dieta y modo de vida estén relacionadas con el cáncer, razón por la que casi 600,000 personas siguen muriendo de esta enfermedad, ampliamente prevenible.
Recientemente el derivado de la planta de ajenjo se ha colocado en los titulares por su capacidad para combatir el cáncer y permitir la curación del cuerpo. En un estudio publicado recientemente por Life Sciences (Ciencias de la vida), se encontró que la artemisina (su derivado), junto con el hierro, puede atacar al 98% de células del cáncer de seno en 16 horas.
La hierba causó la reducción de 28% de células de cáncer de mama y asociada con el hierro, se elimina por completo al cáncer. Lo que puede ser aún más interesante es que las células normales no fueron afectadas de forma negativa por este tratamiento.
Mientras que el problema con el tratamiento común del cáncer es que ataca todas las células esenciales para la vida. Con esperanza de ‘destruir’ ciertas células mutantes, todo el cuerpo es golpeado con radiación. Desafortunadamente este método no contrarresta las causas de la enfermedad, sino que inhibe sus propiedades regenerativas. Para explicarlo de forma simple, un sistema ácido con un sistema linfático estancado (por una dieta y forma de vida pobres) es un excelente ambiente para que el cáncer prospere. Al consumir una dieta basada en plantas y alimento vivo y sin procesar, es fácil alcalinizar e inundar al cuerpo con nutrientes vitales necesarios para la sanación.
El uso de hierbas chinas también brinda una alternativa optimista para impedir el crecimiento de células cancerígenas. La artemisina ha sido usada en el pasado como una poderosa hierba anti-malaria, pero se ha demostrado su utilidad también contra el cáncer. En un estudio, al brindar suplemento de hierro a las personas enfermas (que generalmente se acumula en el tejido mamario, pero especialmente en las células cancerígenas), la artemisina fue muy efectiva al elegir como blanco las células ‘malas’ y dejar en paz a las células ‘buenas’.
El hierro se acumula en las células cancerígenas por receptores de transferrina que ayudan en la división celular de éstas. El hierro es esencial para la cura, porque las células normales probablemente tengan estos receptores, pero las células cancerígenas los tienen en gran abundancia, y por tanto, pueden ser elegidas como blancos por la combinación de hierro-artemisina.
Muchos estudios han probado que el extracto de ajenjo dulce puede erradicar enfermedades en presencia del hierro. De hecho, su uso data desde hace miles de años en China donde fue usado para tratar la malaria. Como las células cancerígenas, el parásito de la malaria no puede vivir en la presencia de la artemisina, porque es rica en hierro
Los científicos Henry Lai y Narendra Singh de la Universidad de Washington, hicieron el descubrimiento inicial. Esto es sólo un ejemplo de las muchas hierbas que se ha descubierto causan una apoptosis de células cancerígenas.
Como la hierba de ajenjo dulce es difícil de encontrar, las compañías biotecnológicas están en camino de producir la planta medicinal en masa. El futuro demostrará su efectividad cuando sea producida a gran escala.
“Es su volatilidad lo que realmente hace de la cadena de suministro de esta droga salvavidas un completo desastre,” dijo Jack Newman, jefe científico de la firma biotecnológica Amyris en California. “Cuando empezamos a hablar de esto,” continuó, “le dimos la probabilidad de 1,000 contra 1 de que funcionaría.”
Algunos empresarios se sienten optimistas sobre la habilidad para suministrar la hierba. Se espera que la farmacéutica francesa Sanofi produzca de 50 a 60 toneladas de artemisina cada año, para cubrir la demanda del mercado global.
Si la hierba puede retener calidad, fuerza de vida y ser transportada a todo el mundo, existe la esperanza de que podrá ayudar a las personas con cáncer en su camino hacia la curación.
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