El vino tinto reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares isquémicos ( obstrucción de las arterias en nuestro cerebro), además de la aterosclerosis (el endurecimiento de las arterias).
Fortalece el sistema inmunológico, ayudándonos a protegernos contra los agentes externos y las infecciones y alergias.
Es un alimento excelente para la piel gracias a sus innumerables vitaminas y antioxidantes. Nos ayuda eficazmente en la lucha contra el envejecimiento.
Mejora la circulación de la sangre y es un potente antiinflamatorio.
Es muy eficaz para combatir las infecciones urinarias.
Reduce el riesgo de padecer diabetes, hipertensión arterial y de la formación de cálculos renales.
Se trata de una fuente muy rica en minerales y oligoelementos como el magnesio y el litio, el calcio, el hierro, potasio y cinc.
Ayuda en gran manera a la salud dental por sus efectos antioxidantes: disminuye el crecimiento de la flora bacteriana en la boca.
Tiene grandes efectos positivos en la función cerebral: protegiendo nuestra memoria, y mejorando el proceso contra el alzhéimer y reduciendo el riesgo de padecerla.
Podría incluso tener una acción anticancerígena gracias a los flavonoides que posee.
Es un buen protector de las enfermedades oculares, como la retinopatía diabética o la degeneración muscular.
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