Si bien a simple vista podríamos confundirla con una flor de manzanilla sin pétalos, podemos diferenciarlas por el olor, ya que el botón de Sechuan no da ninguna “pista” de su sabor ni de sus efectos.
Tras un breve tiempo de sorpresa por la explosión de saliva que suelta nuestra boca, sentimos poco a poco como se nos duerme nuestra boca por zonas, primero las encías, la lengua, el paladar…, pero sin dejar de salivar
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