.Esta tradición también indica que los padrinos compren la palma más bonita a sus ahijadas y el palmón más largo a sus ahijados.
Una vez terminada la misa, los niños agitan con fuerza contra el suelo las palmas y los palmones para ver quién consigue convertir el palmón en la escoba más larga, simulando el antiguo ritual que se usaba para despertar la naturaleza dormida.
Las palmas y los palmones, bendecidos por el cura, se cuelgan en las casas como protección hasta la llegada del carnaval del próximo año, hasta el momento de incinerarlo. La ceniza bendecida de palmas y palmones se coloca frente a los asistentes a la celebración del Miércoles de Ceniza
En el mundo popular, también existe la creencia de que estos elementos traen buena suerte y que, si los cuelgas en el balcón, protegen de los males de las tormentas y de la venida de los malos espíritus.
Opiniones de nuestros clientes
Recibe nuestras novedades