En toda la nación, muchas familias, especialmente aquellas generaciones mayores que están más apegadas a las tradiciones, se reúnen en los cementerios para hacer una visita a los seres queridos que han fallecido para recordarles que no les han olvidado. Algunos incluso visitan el cementerio unos días antes del 1 de noviembrepara limpiar las sepulturas y tenerlas preparadas para el gran día.
Lo más tradicional del 1 de noviembre es comprar flores, especialmente crisantemos, y llevarlas como regalo a los fallecidos. Es el día del año en el que se venden más flores, y los cementerios se llenan de todos los colores imaginables. Es muy bonito verlo. Las iglesias dicen misas en memoria de aquellos fallecidos que supuestamente permanecen en el purgatorio.
A pesar del sentimiento de tristeza que se piensa que tiene el Día de Todos los Santos, este día no es sólo para lamentarse por los seres queridos que ya no están con nosotros. También es un día para celebrar la vida.
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