Marca: Flores Frescas
Ramos de Viburnum Opulus
Nombre común: Bola de nieve
El género Viburnum engloba unos 150 árboles y arbustos caducifolios o perennes, de bellas flores y bayas otoñales. Pertenece a la familia de las Caprifoliáceas.
Este es un arbusto de hoja caduca y de porte erecto, que puede alcanzar con el tiempo los 4 metros de altura. Habita en gran parte de Europa y Asia, otras especies del género están distribuidas en zonas montañosas tropicales de Sudamérica.
Es uno de los arbustos más empleados en la decoración de jardines por la belleza de sus flores, con predisposición a caer en cascada. Su porte es amplio y redondo, erguido, con forma compacta y abundante; con ramificaciones arqueadas y múltiples troncos.
Es una especie bastante rústica y poco exigente, con unas necesidades modestas, requiere un suelo profundo, bastante rico y no demasiado seco, aunque bien drenado para evitar los encharcamientos, y prefiriendo la tierra algo calcárea. Generalmente se planta en los jardines amplios o de forma aislada, dado el considerable tamaño que llega a disfrutar.
Se puede cultivar en grandes macetones, su tamaño en contenedores será menor.
Su frondoso follaje está formado por hojas ovales de color verde brillante y finamente vellosas por el envés, compuestas de 3 a 5 lóbulos y los márgenes irregularmente dentados. En otoño, antes de caer, las hojas adquieren un tinte rojizo claro, luego purpúreo y al final amarronado. En ocasiones, las hojas en las regiones frías se comportan como caducas, mientras que en la regiones templadas responden como perennes.
Produce una espectacular floración desde el mes de mayo hasta julio, en racimos de gran tamaño con forma redondeada y de color blanco brillante, de ahí el nombre por el que se le conoce comúnmente a este arbusto, Bola de nieve. Tras la floración, da paso a unas bayas ovoides de unos 10mm de longitud.
Las bayas aparecen en otoño y permanecen en la planta incluso hasta finalizar el invierno.
Aunque le gusta el sol y prefiere una posición soleada donde pueda disfrutar todo el día de los rayos directos del sol, durante en verano y en las horas de mayor incidencia de éste, puede perjudicarle, así que lo mejor es buscar en este periodo un sitio en semi-sombra y al abrigo del viento. En verano, en zonas secas, conviene regarlo a menudo para evitar que sus raíces se sequen del todo.
Es relativamente resistente a las heladas si se recubren bien las raíces con algún tipo de protección. Si llega a helarse durante un invierno particularmente riguroso, renace rápidamente de la base después de la poda.